Molinillo

Dentro de la comarca de la Sierra de Francia y en las mancomunidades de Embalse de Béjar y Entresierras hallamos el pequeño pueblo de Molinillo considerado parte de la Reserva de la Biosfera.

Su origen seguramente pudo ser por las repoblaciones del rey Alfonso IX de León durante la edad media. En 1.606 tan solo había 15 vecinos alrededor de una pequeña iglesia en honor a San Bartolomé que había sido construida por carpinteros y canteros de San Esteban de la Sierra, según indica el libro de los lugares y aldeas del Obispado de Salamanca (1.604-1.629). El pueblo que era llamado “Los lucillos” más tarde creció hasta llegar a tener servicios como escuela, médico y párroco propio pero la despoblación le ha llevado a tener ahora menos de 50 habitantes.

Por estar en lo alto de un precioso valle donde se une el Río Sangusín con el Rio Alagón, a medio camino entre la Sierra de Francia y la de Béjar, encontramos un clima generalmente caluroso con vientos de altitud predominantes del sur. El paisaje de alrededor viene formado por bosques de castaños, robles y encinas y madroños junto al bajo monte acostumbrados a terrenos ácidos de pizarra. De hecho, debido a la orografía montañosa, la agricultura ha tenido que adaptarse y se realizaba en bancales escalonados construidos en las laderas que permitían mejor el aprovechamiento del terreno.

La principal fuente de economía es la de la agricultura de uvas y aceitunas, aunque antiguamente se plantaba mucho trigo y centeno además de patatas, legumbres, castañas y lino. Hasta el año 2.007 existió una bodega cooperativa donde se elaboraba y vendía el vino de la sierra reconocido por su alta calidad.

La ganadería caprina y porcina de los antepasados a día de hoy ya no se mantiene en activo. Tampoco la elaboración de carbón y cisco para su venta a pueblos cercanos.